Las fobias hipocondríacas, también conocidas como trastornos somatomorfos o trastornos de síntomas somáticos, son un tipo de trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo exagerado y constante a tener una enfermedad grave, a pesar de la ausencia de síntomas médicos que lo justifiquen.
Las personas que sufren de fobias hipocondríacas interpretan los síntomas físicos normales o menores, como un latido cardiaco rápido o un dolor de cabeza, como signos de una enfermedad grave.
Tipos de trastornos somatomorfos
Hay varios tipos de trastornos somatomorfos:
- Trastorno de somatización: se caracteriza por la presencia de múltiples síntomas físicos que no pueden ser explicados por una condición médica, a pesar de las pruebas y exámenes exhaustivos. Los síntomas pueden incluir dolor, problemas digestivos y problemas de la función sexual.
- Trastorno por dolor somatomorfo: aquí el dolor es el principal síntoma. Sin embargo, a diferencia de otras condiciones que causan dolor, no puede ser explicado completamente por una lesión física o una enfermedad.
- Trastorno de conversión: los síntomas físicos afectan a la función motora o sensorial, como la parálisis, la ceguera o la pérdida de la sensación, pero no pueden ser explicados por una condición médica.
- Trastorno hipocondríaco (hipocondría): en este caso, la persona está convencida de que tiene una enfermedad grave, a pesar de las pruebas y los exámenes médicos que demuestran lo contrario. La preocupación y la ansiedad relacionadas con esta creencia pueden ser debilitantes.
- Trastorno de síntomas somáticos: es un diagnóstico más reciente que engloba a varios de los trastornos mencionados anteriormente. Los individuos con trastorno de síntomas somáticos experimentan uno o más síntomas somáticos que son angustiantes y/o resultan en interrupciones significativas en su vida diaria.
- Trastorno de ansiedad por enfermedad: al igual que la hipocondría, se caracteriza por una preocupación excesiva y persistente sobre la posibilidad de tener una enfermedad grave. Esta preocupación persiste a pesar de la evaluación médica y las garantías.
Cada uno de estos trastornos tiene su propia manifestación única de miedo y preocupación relacionados con la salud, pero todos comparten el denominador común de un miedo exagerado a la enfermedad que no se justifica por la evidencia médica.
Es importante buscar la ayuda de un profesional de la salud mental si se sospecha de una fobia hipocondriaca, ya que el tratamiento puede ayudar a aliviar la ansiedad y mejorar la calidad de vida.
Fobias específicas relacionadas con la salud
Las fobias a las enfermedades, también conocidas como nosofobias o patofobias, son trastornos de ansiedad específicos que implican un miedo intenso y persistente a la enfermedad. Este miedo puede ser a una enfermedad en particular o a la enfermedad en general. A continuación tienes las principales fobias específicas relacionadas con la salud y la enfermedad:
- Necrofobia: implica un miedo intenso y persistente a la muerte o a los muertos. Las personas necrofóbicas temen su propia muerte o la muerte de los demás.
- Carcinofobia: es un miedo extremo a desarrollar cáncer. Los afectados se preocupan constantemente por los síntomas del cáncer y buscar pruebas y exámenes médicos frecuentes.
- Algofobia: un miedo extremo al dolor. Las personas con algofobia evitan ciertas actividades o experiencias por miedo a la posibilidad de sentir dolor.
- Cardiofobia: se refiere a un miedo intenso a desarrollar una enfermedad cardíaca o a tener un ataque cardíaco. Las personas con cardiofobia están todo el tiempo preocupadas por su frecuencia cardiaca y otros signos de salud del corazón.
- HIV/Aidsfobia: el miedo irracional a contraer el VIH o el SIDA conduce a comportamientos de evitación excesiva y puede ser muy debilitante.
- Hematofobia: el miedo a la sangre y a los procedimientos médicos que involucran sangre, como las inyecciones y las transfusiones.
- Iatrofobia: un miedo intenso a los médicos o a las visitas médicas que lleva a la persona a eludir las citas sanitarias y los chequeos necesarios.
Todas estas fobias hipocondríacas pueden tener un impacto significativamente negativo en la vida de una persona. Sin embargo, son tratables con terapias cognitivo-conductuales, medicamentos y otras formas de tratamiento psicológico.